viernes, 29 de agosto de 2014

Puesta a punto bunkers para juego en el verano

Puesta a punto bunkers para juego en el verano
La cancha tiene 42 bunkers con una superficie de 4.272m2 que requieren de 428m3 de arena a 10cm de profundidad.  Debido a que la mayoría de los bunkers no drenan y al uso del rotocultivador y al paleado de la rebarba de pastos se logró mezclar tierra con arena a tal punto que ahora son inconsistentes; sumado a que al regar los greens y a las lluvias se conviertan en injugable.  Para ponerlos en juego nuevamente la solución más rápida y fácil sería cambiar el 100% de la arena como se hizo en el bunker pequeño del hoyo 6 pero la inversión únicamente en arena seria de US$12.000,00.


Debido a que no están esos recursos disponibles y como no sobra personal para “lavar” la arena mediante zarandas se va a trabajar en:
·        Tratar de recuperar los bunkers de los par 3 con cambios de arena (bunker del 7 para el 2014)
·        Determinar la ubicación y destapar drenaje de aquellos que tengan.
·        Convertir algunos a “bunkers de césped” logrando que tengan un efecto penalizador similar y afectando más a los bajos hándicaps.

Bunkers de Pasto versus Bunkers de Arena http://www.aag.org.ar/aag2011-dev/articulo060420050002370.asp
En años recientes, ha aumentado el uso de bunkers de pasto. Estos bunkers contribuyen al movimiento de una cancha al mejorar la atracción visual. También estimulan al golfista a que se haga ducho en el tipo de golpes que se necesitan para conquistar la cancha. El mismo efecto de sombra e imagen dinámica de un bunker de arena con repecho de pasto es también de aplicación a los bunkers de pasto. A menudo es posible crear lomas y formas más radicales con bunkers de pasto dado que son más fácil para mantener que los de arena. Con respecto a la jugabilidad, la invención del sand wedge y estandares más avanzados de mantenimiento ha reducido la dificultad de los bunkers de arena. Los mejores jugadores generalmente juegan hacia los bunkers de arena porque les consta que el golpe de recobre es más fácil. Sin embargo, bunkers de pasto con césped de entre 2 y 4" (5 y 10 cm) disminuyen el control de golfistas sobre la pelota, lo que resulta en un golpe menos predecible. Los jugadores con menos experiencia generalmente tienen más éxito jugando desde los bunkers de pasto y raramente fallan en sacar la pelota y ponerla en el green. Los tiros de recupero desde los bunkers de pasto son casi impredecibles. Los bunkers de pasto son una de las opciones del arquitecto al planificar canchas que sean desafiantes para los buenos jugadores y jugables para los de menos experiencia.
·        Reducir la superficie de los bunkers más propensos a inundación demarcando una superficie más reducida recuperando la mejor arena de estos.
·        Convertir algunos bunkers a “waste bunkers” mediante el plantado de cortaderas y colas de zorro donde está permitido asentar el palo.
Waste bunker hoyo 16 – Santiago del Estero Golf Club
Waste Bunkers http://www.aag.org.ar/aag2011-dev/articulo060420050002370.asp
Ningún artículo sobre bunkers estaría completo si no tratara el tema de los waste bunkers. Estas grandes áreas de arena y/o materiales varios -nada nuevo para quienes han jugado Pine Valley o Pinehurst Nº2- han sido modificados para acomodarlos a la arquitectura moderna y las necesidades ambientales de las canchas. Ayudan a controlar los elevados costos de mantenimiento al reducir las zonas de rough mantenido. Generalmente, tratamos de utilizar materiales angulares con un rango más amplio de tamaños de partículas que la arena de bunker. Estos materiales forman una superficie firme que es más fácil de jugar y además resiste las pisadas. En la TPC Sawgrass, fueron usadas conchas trituradas con buen resultado. En otras partes del país donde la estructura del suelo lo permite, se ha usado material natural de lugar. Los waste bunkers también son sensibles al ambiente porque no requieren agua, fertilizante, pesticidas o corte.
El efecto de estas modificaciones se monitoreará mes a mes mediante los hándicap para determinar si hay que modificar algún cambio y para regular la dificultad de la cancha.

Para finalizar reiteramos que en el momento en que haya los recursos lo ideal sería cambiar directamente la arena previa instalación de drenaje pero con los cambios provisorios nos aseguramos que tengan un efecto penalizador, que la cancha respete el diseño original, que no desaparezcan, que la arena/tierra sigue contenida por si algún día se puede “lavar”, que se reduzca las horas hombres para dejarlas jugables y que no haya que cerrarlos cada vez que llovizna o se riega.

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